Cambiar contraseña
Si te has olvidado de tu contraseña, a continuación puedes escribir tu nombre de usuario o dirección de correo electrónico y te enviaremos un correo con un enlace para que configures una contraseña nueva.
Cancelar
Enlace de restablecimiento enviado
Si la dirección de correo electrónico está registrada en nuestro sitio, recibirás un email con instrucciones para restablecer tu contraseña. Enlace de restablecimiento de contraseña enviado a:
Revisa tu e-mail e ingresa el código de confirmación:
¿No ves el correo electrónico?
  • Reenviar el enlace de confirmación
  • Volver a empezar
Cerrar
Si tienes alguna pregunta, por favor contacta al Servicio de Atención al Cliente
Parejas liberales y swingers

Esta historia la escribí como guion para el encuentro con un nuevo amigo de AFF.  

Dec1d1d0s 61H/59M  
159 entradas
2/1/2020 7:42 am
Esta historia la escribí como guion para el encuentro con un nuevo amigo de AFF.

Esta historia la escribí como guion para el encuentro con un nuevo amigo de Parejas morbosas, liberales y swingers. Mi esposa no quería, porque el muchacho era de la mitad de nuestra edad y virgen, pero si lo hicimos más o menos como la siguiente narración:

Llegó por fin el domingo que planeamos sólo para nosotros. Ariana me había dicho que me complacería en todo lo que le pidiera, así que decidí conjugar nuestro acostumbrado rol de juegos con el relato erótico que me escribió hace muchos años, cuando me enteré de que también disfrutaba de la fantasía de hacer un menage-a-trois... aunque hasta la fecha no habíamos pasado de la simple actuación.
Este año, gracias al libro las 50 sombras de Grey, nos regresó el espíritu de fantasear, pero sobre todo, de dar el paso definitivo al siguiente nivel… Tanto así, que cuando nos registramos en una página de citas, me sugirió el nombre de "Dec1d1d0s".
Ese día, cambiamos nuestra rutina completamente. Salí temprano al squash solamente para disfrutar del sauna y bañarme y vestirme de traje y corbata, algo bastante improbable para mí en cualquier otro domingo.
(10:00 am) Nos encontramos para desayunar en un elegante restaurante, pues mi plan iniciaba jugando a que éramos dos desconocidos que se encontraron en internet y buscaban un poco de emociones extra para sus respectivos matrimonios. Ella se haría llamar "Laura" y él, "Carlos".
Fuimos puntuales en nuestro encuentro y representamos cada quien su papel a la perfección. Le sugerí acompañar su desayuno con mimosas, y el champagne la desinhibió por completo, haciéndola más atrevida de lo convenido. Sonreí para mis adentros, sabiendo que ella jamás imaginaría la sorpresa que le tenía reservada.
Comimos lentamente absortos por la plática. Inventamos historias tan divertidas como sorprendentes, que pronto tocaron el tema del sexo y de lo que nos atreveríamos o no a hacer. El reto no tardó en llegar y "Laura" aceptó demostrarle a "Carlos” (yo) que si era capaz de irse conmigo a un motel y dejarse amarrar y vendar los ojos para que le hiciera lo que quisiera.
Pronto salimos del Oui, y nos enfilamos al Motel California Courts, a tan solo una cuadra de ahí… la urgencia era demasiada.
(11:30 am) Ingresamos al motel con los nervios de cualquier pareja que en realidad teme ser descubierta. Una vez en la cochera de la habitación, le coloqué una venda antifaz que de inmediato le provocó un sentimiento de estar a merced de lo que fuera.
-Te haré gozar como loca, "Laura".
-Te mataré si no lo haces, "Carlos".
Se dejó conducir al interior de la habitación, sintiendo muy cerca la tela de mi saco, y percibiendo el aroma del perfume que ya en otras ocasiones utilicé para el acto del "desconocido". La miré trastabillar, tanto por la venda en los ojos, como por el alcohol ingerido. Esa leve indisposición ayudaría mucho a lo que esperaba realizar. Después de ingresar a la habitación, me retire un momento "a pagar por la habitación", y claro, a dejar un par de precisas instrucciones al personal del motel.
Regresando con ella, inmediatamente empecé con la sesión de juegos, besos y caricias que las más de las veces eran dulces y tiernas, intercalando algo de rudeza, mientras la despojaba de sus ropas. La estaba consiguiendo hacer hervir a fuego lento. Puse un poco de música instrumental que disimulara las voces, pero que me permitiera seguir escuchando sus constantes gemidos, y a veces sus sonrisas, cuando mis movimientos eran torpes por el nervio de lo que estaba por suceder, o si la llamaba Ariana en lugar de "Laura".
Ya completamente desnuda al centro de la habitación, yo seguía vestido. Me abrazaba a ella con frecuencia para hacerla sentir el picor de la tela de mi saco y el olor intenso del "Carlo Corinto" que me perfumaba. Antes que cualquier otra prenda, me quité la corbata y procedí a atar con ella sus muñecas. La idea original era atarla a la cabecera de la cama, pero como en la realidad no había ningún lugar donde hacerlo, la tendí sobre la cama boca abajo y la hice subir sus manos sobre su cabeza: Ella comprendería que debía simular que si estaba bien atada. Eran los instantes más críticos de mi plan y confiaba en que no me fuera a fallar nada.
Tratando de no detener el ritmo de las caricias, casi mágicamente me deshice de mis zapatos y de mis pantalones, pero, aunque desabroche mi camisa para hacerla sentir mi piel, supuse que ella creería que aún estaba completamente vestido. Estaba frotando sus pantorrillas y besando sus pies cuando un toquido súbito a la puerta hizo acelerar sin freno a mi corazón.
(11:35 am) ¡Servicio! Se escuchó decir al tiempo que volvían a tocar.
Le pregunté: ¿Quieres beber algo, Laura?
Más tarde, solo recíbelo y regresa cuanto antes "Carlos"- me respondió.
Abrí la puerta y fingí pagar y recibir el "pedido"… La verdad es que ahí estaba un verdadero Carlos, un atento alumno que estaba dispuesto a ayudarnos a cumplir nuestra fantasía. Para mí era el candidato ideal, pero de haberlo comentado antes con Ariana, tal vez hubiera objetado su edad, ya que es menor que nuestros hijos... pero hoy sería incapaz de protestar, y confiaba en que la hiciéramos gozar lo suficiente para que no hubiera ningún arrepentimiento. Además, quizás no se quitaría la venda, para conservar el misterio de esta aventura, o con mejor suerte, no se daría por enterada de lo que realmente sucedió.
Lo hice pasar silenciosamente y mientras le entregaba mi saco para que se lo pusiera, recogí la botella y unas viandas que traía consigo. En un santiamén regresamos a la orilla de la cama y Carlos, prevenido previamente de algunos detalles, continuó con la labor de acariciar a mi esposa, mientras yo con dificultad contenía los bufidos de excitación de tan impactante escena.
Él se quitó de forma evidente los zapatos y el pantalón, Su camisa ya la había abierto desde antes de tocar la puerta. Conservó el saco con la finalidad de que ella notara lo menos posible el cambio de amante. Yo había tratado desde el inicio de acariciarla un poco diferente a lo que acostumbro hacerlo, sin descuidar lo que a ella le gusta o le disgusta para no hacerla sentir mal.
Así que Carlos continuó subiendo con sus manos por sus piernas. Acarició ligeramente su trasero y se arrimó por la espalda con besos hasta su cuello. Él sabía de antemano que se permitían en cuello y hombros pequeñas mordiditas. Le dije que también un poco más tarde podría morder ligeramente sus pezones, después de besarlos y chuparlos con intensidad creciente conforme lograra hacer aumentar su excitación.
¡Así Carlos, así! Decía ella...
Y Carlos seguía recorriendo su espalda y sus antebrazos con besos y caricias. De repente estiraba sus brazos para regocijarse acariciando las piernas. Ponía su mano completamente abierta en una de sus nalgas y después la cerraba para apretar ligeramente. Repetía la acción del otro lado mientras bordaba una cadena de besos por su cadera.
Ocasionalmente le hacía la seña de separarse un poco y me arrimaba para decir una que otra frase, que seguramente Carlos estaría deseando decir: ¡Que señora tan bella eres Laura!... ¡Que preciosura de mujer tengo para mí el día de hoy!... ¡Que sabroso hueles de pies a cabeza, que afortunado soy de poder hacer hoy contigo lo que quiera!...
Pero la verdad es que Carlos guardaba un riguroso silencio, solo su respiración lo delataba un poco, pero seguramente Ariana pensaba que era yo, fingiendo, para cubrir mi papel... Al menos después de los primeros 5 minutos no parecía haberse percatado del cambio.
Y allí estaba ella sobre la cama, jugando a que un desconocido hiciera con ella lo que fuera... pero también sabía que, en la realidad, en nuestros juegos, podía suceder cualquier cosa... agradable, por supuesto.
Era tiempo de pasar al siguiente nivel. Carlos empezó a meter su mano bajo Ariana para acariciar los vellos de su pubis. Trataba de localizar su clítoris y la entrada de su vagina de forma leve con sus dedos. Lo vi arrodillado sobre ella por arriba de sus tobillos empezar a rozarla con su pene. Después subía restregándolo ligeramente por sus piernas hasta la cintura, dejando un rastro húmedo y pegajoso. Regresaba un poco empujando ligeramente con su pene por la natural línea divisoria del trasero y se recargaba para alcanzar desde atrás, la entrada de la vagina.
Regresaba a besar su cuello y con toda intención, recargaba su mano muy cerca de la mejilla de Ariana, para que ella sintiera el olor y la sensación de mi saco, que Carlos aún conservaba puesto.
Ya la humedad y la excitación de "Laura" eran tan evidentes como la nuestra. A mi señal, Carlos le dio unas ligeras nalgadas con la mano abierta al centro de cada glúteo, mientras que yo dejaba escapar una muy real exclamación de lo que justo pensábamos los dos: ¡Que cosas tan sabrosas tienes, Laura!
Carlos la tomó con firmeza de las caderas para ayudarla a voltearse boca arriba. Ella cooperó por completo, tratando de mantener la farsa de que estaba atada a la cabecera. Ahora sentía los labios de su amante por su cuello bajando hasta sus pezones en un camino de culebritas de besos. Abrió sus piernas en franca invitación para que acariciaran su vientre... para que tocaran su botón. En poco tiempo ya estaba siendo invadida primero por uno y después por dos dedos que comprobaron la humedad de su interior. Ahora el joven besaba las piernas de mi Ariana, bajaba hasta sus pies y volvía a subir, hasta que terminó con la cabeza clavada entre las piernas de mi mujer, que gritaba de placer al sentir los toques de una lengua que imaginaba era la de su hombre habitual. Sentía las manos que abarcaban sus pechos para apretarlos y amasarlos de una forma tan especial, que parecía que fuera la primera vez que lo hacían. Bueno, si.... así era, pero ella no lo sabía. En varias ocasiones se vio sorprendida acercando sus manos a la cabeza de Carlos, pero luego recordaba el juego y las regresaba por sobre su cabeza.
¿Cuánto tiempo paso? ¿10? ¿15 minutos? Yo seguía ahí muy cerca, observando y disfrutando en primera fila y muy atento para hablar cuando era necesario. Ya los tres estábamos más que a punto. Ahora Carlos se pegaba no solo para hacerle notar que era el "hombre del saco" sino que también frotaba su pene y lo apretaba contra sus piernas. ¡Ya penétrame! -pedía Ariana- Tuvo que repetirlo por segunda vez para que Carlos se decidiera a tomar la posición adecuada entre tan suculentas piernas.
Ese era un momento culminante, decisivo... Desde el primer momento supe que la penetración tendría que ser sin condón, porque no lo acostumbramos ni en juegos. Utilizar preservativo hubiera implicado una importante disminución del placer y tal vez hubiera delatado la suplantación antes de lo conveniente... Así que no había de otra, sería al natural, y eso me causaba mucho, mucho morbo, no sabía si observar el momento de la penetración o el rostro de placer de mi mujer.
Y viéndolo allí a punto de entrar, me di cuenta que tal vez si era un poco más largo y más ancho que el mío... Así que el recorrido fue lento y tardado, por lo que pude contemplar cada empujón, cada expresión y cada detalle que hacían más impactante aquel cuadro de placer que por primera vez admiraba en todo su esplendor. Ay papito, ahora la tienes bien grande fue la expresión descuidada de Ariana, que se olvidó un segundo del juego ante tal invasor.
Movimientos lentos se fueron haciendo cada vez más poderosos, hasta provocar un plop-plop con el golpeteo. Los amantes se reacomodaron para poder aumentar la velocidad: Carlos tomo las piernas de Laura y las subió a sus hombros. Se afianzó bien agarrándose de sus pechos y aceleró conforme sentía que la humedad de esa vagina lo permitía. Después se abrazaba de esas piernas suculentas, y empujaba su verga más al fondo de la vagina de mi amada. Ella volvió a olvidarse varias veces más de su rol: !Así mi amor, nunca te la había sentido así!... ¡Hoy estás como nunca mi vida!... ¡Ay Alfredo, qué bárbaro que rico estas hoy!. Pero después recordaba que estaban en un juego e intentaba corregir: ¡Dale Carlos, Dame con ganas!
Y eso fue lo que Carlos hizo ante mi complaciente mirada...
Laura se convulsionaba entre orgasmos... erguía sus senos para que Carlos se acercara a mamarlos y a pellizcarlos. Se notaba que quería olvidarse de las supuestas ataduras y abrazarlo con fuerza, pero mantuvo su posición y solamente lo rodeo de la cintura con sus piernas y lo apretó con vehemencia, tan concentrada en su placer que estoy seguro que ni por asomo notó la diferencia entre mi cuerpo y el del semental que ahora la montaba. Carlos se dejó caer sobre ella, bufando y resoplando encima de sus hombros. Ella lo empezó a nombrar entre gemidos y al ritmo de cada empujón; ¡Carlos! ¡Carlos! ¡Carlos! … Y ya no pudo más, apretó su boca y rechinó los dientes ante la llegada del más potente orgasmo que pienso jamás había sentido. Carlos bien sabía que ese rechinar de dientes era la señal, ahora si se pegó con fuerza, pero empezó a murmurar por lo bajo y entre resoplidos:¡Laura!¡Laura!¡Laura!... Tampoco llegó a más porque fue el momento en el que empezó a escurrirse dentro de ella... caliente y abundante... Recordó que en ese momento debía besarla, porque le dije que siempre lo hago cuando le eyaculó, sin importar el juego...
Tal vez Ariana no hubiera notado si no lo hacía... estaba en las nubes... no se percató que la voz del susurro era otra, como no se dio cuenta que el beso era tal vez muy diferente al de mi boca... Parecía flotando en su nube y enroscaba su lengua con la de Carlos, mordía, chupaba, gemía, apretaba con fuerza su vagina y hacía bufar a Carlos, cuyo semen seguramente seguía saliendo... tal vez lo hubiera notado, pero ella estaba fuera de Sí, al igual que Carlos.
Yo había empezado a grabar desde el primer rechinido de dientes, y ahora tocaba el hombro de Carlos, para que se me moviera y me permitiera grabar más a fondo. Carlos se empezó a retirar despacio y me permitió grabar la forma en la que iba sacando su pene escurriendo en semen, haciéndose notorio un sonido como descorche al sacarlo por completo. Me ayudo para que las piernas de "Laura" se mantuvieran abiertas entre fuertes estremecimientos, para que pudiera grabar a plenitud ese orificio inundado con su esperma. En mi descuido, Carlos arrimó su pene a la boca de Laura, quien sin pena y fuera de su costumbre, lo besó, lamió y engulló hasta dejarlo completamente limpio.
Después de capturar esas imágenes di por terminada mi labor de camarógrafo y con señas pedí a mi "ayudante" que se retirara un poco para ahora poder satisfacerme yo mismo, pero allí hubo un error importante en el guion: Ariana se olvidó de las falsas ataduras, y me atrapó entre sus brazos, aunque seguía llamándome Carlos. Me dominó por completo y me empezó a besar, lo que no pude evitar, aunque sentir la viscosidad de su boca y ese extraño sabor no me produjeron ninguna repugnancia.
Fue más difícil para mí cuando con fuerza fue llevando mi cabeza hasta su vagina, llegué a pensar que se había dado cuenta de todo y quería hacerme pagar mi atrevimiento. Pero cuando entre resuellos me dijo: ¡chúpame Carlos! Comprendí que a esas alturas no se había dado cuenta de nada. Revolotee mi lengua un poco sobre su clítoris y con gran excitación y sin recato al comprender que su excitación era natural y que no debía dudar, pues se percataría de todo, me decidí a lamer su entrada, como queriendo regresar a su interior todo el semen que había permitido escurrir previamente. Lo que no pude volver a meter, lo tomé con mi boca y me trepé sobre ella para entregárselo en un beso, al tiempo que la penetraba en mi gran desesperación. Por la forma en la que me comió la boca, me di cuenta de lo que le había gustado. Tal vez pensó que había tomado algo para que cambiara su sabor.
Lo cierto es que estaba tan deleitada con eso, que tardó más de un minuto en sentir la forma en la que le empujaba. Al momento de introducir mi pene, note que estaba completamente llena, y fue una sensación tremenda. Me volví loco y me empecé a mover dentro de ella como un pez que ha sido atrapado por la boca con un anzuelo. Entonces si me preguntó: ¡Cómo! ¿Otra vez tan pronto? ¿Pues qué tomaste papito? Yo la callé y le pedí que recordara su papel. Ella tuvo muy pronto un nuevo orgasmo, lo que aproveché yo mismo para vaciarme por completo. Carlos había tomado mi celular y nos estaba grabando, al tiempo que se masturbaba y volvía a lograr una importante erección.
Me rodé sobre la cama, exhausto y satisfecho, hasta quedar boca arriba a un lado de Ariana. Supongo que ella quería deleitarse un poco más con el sabor del semen que tanto le gustó, por lo que de inmediato se arrodillo entre mis piernas para chuparme y dejarme tan limpio como antes había hecho con Carlos. Yo pensé que afortunadamente en su vagina había habido mucha más leche de Carlos que mía, por lo que realmente el sabor mezclado le seguiría gustando y no seríamos descubiertos.
Bueno, si... el sabor le gustó y chupo con ganas, pero la escena y la posición, de perrito y casi al borde de la cama, fueron demasiado para Carlos, que aventó mi celular, la tomó de las caderas y penetró de un golpe, como cuchillo en mantequilla, en ese todavía inundado orificio de placer.
Fue tal su impresión, que pensé que me arrancaría el miembro de una mordida. Afortunadamente para mí, Carlos la metió tan rápidamente y con tal precisión, que la hizo pegar un intenso grito de placer, lo que aproveché para alejar un poco mi pene y abrazarla, al tiempo que le decía: ¡Gózalo mamacita!
Hizo el ademán de quitarse el antifaz dos o tres veces. También balbuceaba como queriendo protestar, pero Carlos estaba masacrando con fuerza sobre su punto "G"… y aunque lo estaba haciendo sin ninguna consideración a ella, menos a mí, la verdad es que le estaba sacando una serie de nuevos y potentes orgasmos, aunque su única y verdadera intención era volver a explotar en su interior, lo que consiguió en solo el tiempo necesario para hacerla aullar su nombre en alaridos de placer: ¡Carlos! ¡Caaaarlooooosss! ¡Aaaaaaah! Después de eso, Ariana se dejó caer completamente sobre mí y Carlos hizo lo propio a un lado mío, no sin antes propinar un largo y profundo beso en la boca pegajosa de mi mujer.
Respiraban agitadamente y yo contenía mi aliento en expectante excitación, no sabía exactamente lo que podía esperar de Ariana ahora que ya sabía que otro hombre y yo la habíamos usado para nuestro placer, provocándole por supuesto, el suyo propio.
Pero bueno... apenas recuperó la respiración y se arrodilló con sus piernas clavadas en medio de las nuestras, y tomando un pene en cada mano, empezó a intercalar besos, mordidas y chupadas entre nosotros. Después nos hizo girar hasta poder intentar meter los dos penes en su boca. Jugaba a provocarnos chupando un pene y besando al otro intercaladamente.
En un momento dado que se acurrucó entre las piernas de Carlos, recorrió sus testículos con la lengua y empezó con una franca labor oral con toda la mala intención de lograr que de nuevo se irguiera.
En ese momento me levante para llenar el jacuzzi. Me senté en la salita frente a ellos para contemplarlos mientras abría la botella y servía las copas. Piqué la botana y arrime todo a un lado de la tina, sin dejar de contemplar la forma en la que mi mujer se deleitaba, relamiendo con la lengua ese sabroso "chupirúl".
Tuve la necesidad de desatenderlos y entrar un par de minutos al sanitario. Para cuando salí, ya estaban dentro del agua, Carlos tendido y Ariana montada sobre él, completamente ensartada. El metía en su boca un trozo de salchicha... de pavo... y le daba un poco de vino, pues ella todavía tenía puesto el antifaz.
Ella gime, cabalga sobre Él, a veces lento y a veces profundo. Bromean sobre si quitarse o no el antifaz... Ariana dice que teme que Carlos resulte ser horrible. Yo sé que ya reconoció su voz, pues los presenté hace poco para que Carlos la conociera y me dijera si le agradaba y aceptaba ser parte del plan.
Ella hace como que derrama el vino al intentar beberlo con los ojos tapados. El vino cae sobre sus tetas y Carlos lo recoge con la lengua. Ella pelea que no lo beba, que es su vino, y juega a meter su lengua en la boca de Carlos para recuperarlo.
Hago este repaso mental de todo lo que ha pasado mientras los veo hacer el amor. Ahora sé que hice la mejor elección del candidato, en pocos minutos ya no le importará a Ariana la diferencia de edades. Yo sé que pronto se quitará el antifaz para ver bien lo que está haciendo.
Miro el reloj... apenas han pasado dos horas desde que llegamos y siento que tenemos aquí toda la vida. Quedan seis horas para aprovechar la habitación yo ya estoy otra vez al tope. Ahora la turbulencia del agua no me deja apreciar muy bien como se lo monta... y eso que no han prendido el motor. Creo que es hora de probar esa famosa doble penetración vaginal.
Justo ahora Ariana se acuerda de mí y ha notado que no he participado del juego por varios minutos ya, así que decide por fin quitarse el antifaz para buscarme con la mirada y ver que reacción tengo.
Aquí estoy mi amor, justo entrando al jacuzzi. Mira mi reacción, la tengo durísima... recárgate sobre Carlos.... abrázate de Él y hazlo que te bese... yo aquí voy... Te amo...
Bueno, espero que les haya gustado… les dejo una foto de recuerdo de ese día que lo hicimos.


mike5810271 65H
7 entradas
4/1/2020 6:54 pm

Excelente y excitante relato me mantuvo muy atento y con una envidia enorme al saber de lo delicioso que la pasaron...estaré pendiente de su blog
Saludos


KarlaCarlos 50H/45M
1 entrada
6/1/2020 5:21 pm

Que deliciosa manera de hacerlo realidad¡¡¡¡


Dec1d1d0s replies on 7/1/2020 11:27 am:
Gracias! Suponemos que Uds. también tendrán sus historias...

UnweyllamadoJuan 27H
1 entrada
25/7/2020 7:48 pm

Increíble historia, estoy bastante celoso de Carlos por haber tenido una experiencia dan sensual, excitante y placentera. Sus relatos son buenísimos, por favor sigan compartiendo sus anécdotas.


Dec1d1d0s replies on 27/7/2020 7:43 pm:
Claro que si! aquí leerás nuestras aventuras y fantasias!

Házte usuario para comentar en este blog